Te voy a contar una historia

Bosque.

Hasta un niño sabe lo valioso que es el bosque. El fresco e impresionante olor de los árboles. El eco de los pájaros volando por encima de esa densa magnitud. Un clima estable, una vida diversa y sostenible y una fuente de cultura. Sin embargo, los bosques y otros ecosistemas penden de un hilo, amenazados de convertirse en tierras de cultivo, pastos y plantaciones.

Tal vez nunca hayas notado lo valioso que puede llegar a ser un montón de kilómetros y kilómetros de bosque. Pero aún así, pregúntate lo siguiente: ¿has notado alguna vez, lo valioso que puede llegar a ser un bosque?

Es como el anuncio perfecto: fresco, impresionante, y lleno de vida. Los árboles irradian un aroma único, los pájaros dan un concierto aéreo y cada rincón rebosa cultura y sostenibilidad. Pero…. ¡alto ahí! Estos paraísos naturales cuelgan de un hilo, como bien hemos leído antes. Amenazados por la expansión de tierras agrícolas y plantaciones. ¿La solución?

La publicidad.

Así es, la publicidad tiene un superpoder. No tiene el poder de hacer invisible, ni de leer las mentes de los que tienes cerca, tampoco es un poder por el que te elijan los Vengadores. Es una fuerza todavía más infinita.

El poder de difundir un mensaje que despierte conciencias y que mueva montañas… o mejor dicho, que salve bosques. Imagínate ver una campaña donde no sólo se promocionen productos, sino que también te vendan la idea de preservar estos tesoros naturales. ¿Qué crees que ocurriría?

Una revolución en la percepción de la publicidad

La publicidad puede ser, y es, más que anuncios brillantes con música navideña y con personajes sociales conocidos. Puede ser la voz de la naturaleza.

Un mensaje bien dirigido puede cambiar la historia de estos ecosistemas amenazados.

¿Estás listo o lista para ser parte de esta campaña por la preservación?

Suscríbete y ayúdame a plantar un árbol más.

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