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Técnicas de Neuromarketing (VI)

Emotional Facial Coding

¿Sabías que el rostro es un verdadero espejo del alma? Charles Darwin lo anticipó en su obra «La expresión de las emociones en hombres y animales», donde sentó las bases de la codificación facial, una disciplina fascinante dedicada a descifrar nuestros sentimientos a través de las expresiones faciales. En la actualidad, esta técnica ha ganado notoriedad en el ámbito del neuromarketing y se ha envuelto en un halo de misterio, alimentado por series como Lie To Me y la psicología popular.

La idea de «leer el rostro» es intrigante, pero es crucial no caer en la trampa de la ciencia-espectáculo. Esta disciplina es compleja y merece una comprensión más profunda. En esta entrada, desvelaremos su naturaleza, aplicaciones, ventajas y desventajas.

¿Qué es la codificación facial?

La codificación facial es una técnica que analiza las expresiones, es decir, los movimientos de los músculos faciales, para detectar emociones. Nuestro rostro no solo refleja lo que sentimos; también es el resultado de la interacción entre el córtex motor y la amígdala, que envían impulsos eléctricos a través del nervio facial, provocando movimientos en los músculos de la cara.

¿Qué mide la codificación facial?

Esta técnica es especialmente útil para detectar la valencia emocional, es decir, para determinar si una emoción es positiva o negativa. Sin embargo, identificar emociones específicas como alegría o sorpresa puede ser más complicado. Según Paul Ekman, existen siete emociones básicas con configuraciones faciales distintivas, que pueden ser identificadas por cualquier persona, independientemente de su origen o edad.

Imagina que un indígena en la selva de Papua Nueva Guinea y tú comparten la misma capacidad para expresar y reconocer la alegría, tristeza o sorpresa. Sin embargo, algunos podrían argumentar que las emociones se pueden fingir, y tienen razón. La clave está en las microexpresiones, esos movimientos faciales efímeros que, según Ekman, revelan la emoción genuina.

Desafíos de la codificación facial

El enfoque de Ekman asume que las emociones son variables discretas; es decir, cada emoción desencadena reacciones únicas y distintas. Pero, ¿dónde comienza una emoción y dónde termina otra? ¿Es posible sentir alegría y sorpresa simultáneamente? Para abordar esto, algunos expertos proponen un modelo de espacio emocional continuo, evaluando emociones según la intensidad (arousal) y la valencia (positiva o negativa).

Sin embargo, medir la intensidad emocional presenta su propio desafío: la codificación facial no es el mejor indicador. Por ello, se recomienda combinarla con otras técnicas de neuromarketing para obtener información más consistente.

Aplicaciones de la codificación facial

El facial coding se utiliza en diversos ámbitos del marketing, incluyendo un uso incipiente en política, así como en el marketing experiencial y la creación de contenidos audiovisuales. A continuación, exploraremos cómo se codifican las expresiones faciales y qué tecnología se requiere para ello.

¿Cómo se codifican las expresiones faciales?

Aunque la mera observación puede ayudar a identificar emociones, para un análisis meticuloso se requiere tecnología avanzada. El Facial Action Coding System (FACS) es una metodología estándar comúnmente utilizada. Aquí te mostramos cómo funciona:

  1. Detección del rostro: El sujeto se coloca frente a una cámara, donde el software detecta su rostro.
  2. Identificación de puntos clave: Se marcan puntos clave en el rostro, como las comisuras de los labios, la punta de la nariz y los extremos de las cejas. Estos puntos ayudan a monitorear los grupos musculares clave.
  3. Detección de Unidades de Acción (AU): Las AUs son los movimientos faciales que forman el alfabeto de la codificación facial. Aisladas, una AU es simplemente un movimiento, pero combinadas, revelan la arquitectura de las expresiones faciales.

Finalmente, las AUs son procesadas automáticamente por un software que las clasifica en categorías emocionales. Sin embargo, este proceso es probabilístico, ya que no se puede establecer con certeza si una combinación de movimientos representa una emoción específica.

La codificación facial es una técnica valiosa para entender las emociones, especialmente su valencia. Gracias a los avances tecnológicos, el análisis facial se ha vuelto automático, lo que permite realizar estudios de manera flexible y en tiempo real. Sin embargo, presenta dificultades en la medición de la intensidad emocional y su uso en ciertos contextos puede ser limitado.

Mientras la investigación avanza, es fundamental combinar la codificación facial con otras técnicas de neuromarketing para obtener una comprensión más profunda de las emociones. La codificación facial es sin duda una disciplina intrigante, pero aún queda mucho por explorar para alcanzar el sueño de leer con precisión lo que realmente sentimos.

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